Nuestro querido compañero Miguel Sáez ha participado en la edición 2025 de la Paris Roubaix versión cicloturista. También conocida como ‘el infierno del norte’, esta competición, es sin duda alguna, la más dura de todos los monumentos. Celebrada en Francia desde 1896, la París – Roubaix, es el monumento por excelencia.
Así pues la Penya Ciclista Quart de Poblet ha estado representada en una de las pruebas más importantes del calendario cicloturista internacional y para nosotros es un orgullo que Miguel Sáez haya llevado hasta allí los colores y el escudo de la Penya.
El bueno de Miguelón se trasladó hasta tierras francesas para completar con su bicicleta 3T gravel los más de 170 kilómetros de la carrera completando los famosos tramos adoquinados, el bosque de Arenberg, el velódromo, etc.
Miguel ha acabado la Paris-Roubaix en seis horas y catorce minutos, completando los 174 kilómetros con una velocidad media de 28 km/h y superando los 860 metros de desnivel positivo.
Hemos hablado con Miguel y esto es lo que nos ha contado:
-Repasando tu currículum vemos que has completado La Mont Blanc, el Tour de las Estaciones, la Lieja bastogne Lieja, la Supertitánica y faltaba la Paris Roubaix… ¿Cómo surgió la idea de participar en esta prueba tan dura y con tanta historia?
Pues después de realizar tantas etapas de renombre, mi pasión por la bici siempre ha sido realizar las clásicas y por este motivo, me propuse hacer los «5 monumentos». Me considero un ciclista con mucha experiencia y sé que ahora con mi edad estoy preparado para realizarlas y disfrutarlas… Es ahora el momento.
-Cuéntanos un poco como ha sido todo el viaje en sí.
El traslado es bastante duro porque está muy lejos. En esta aventura me ha acompañado mi pareja y su hijo. Hemos podido disfrutar hasta de unos días en París. Si no es por mi pareja no lo podía haber realizado.
-¿Cómo son de duros esos tramos de pavés de la época romana?
Son muy duros, son intransitables, es increíble… Tienes que pasarlos lo más rápido posible para que tu cuerpo sufra lo menos posible y no puedes parar de pedalear. Pero bueno, se pasan, sufriendo, por algo le llaman el infierno del norte, jeje. Se sufre mucho, la verdad, por el miedo a tener una caída y por la propia bicicleta porque parece que la vas a destrozar. Intentas avanzar lo más rápido posible manteniendo el equilibrio como puedes.
Algo increíble y que siempre recordaré son las sensaciones que tuve cada vez que superaba un tramo adoquinado, fue algo especial y que siempre tendré en el recuerdo.
El bosque de Arenberg es único, especial, mágico, ciclismo puro… La verdad es que me ha cautivado. No lo puedes describir con palabras.
-Y para acabar alguna anécdota divertida y alguna otra no tanto…
¿Anécdota divertida? Os contaré dos jeje.
En el primer tramo, que estaba a 11 km de la salida, entré con un grupo que salí con ellos desde Busigny. Íbamos a una media de casi 40 km/h y a los 200 metros de haber comenzado el tramo ya me sacaban 100 metros de ventaja jeje. Yo estaba flipando cuando acabé ese primer tramo. Fue impresionante. Pensé madre mía si este tramos solamente es de 3 estrellas… No quería ni imaginarme cómo serían los tramos de 4 o 5 estrellas que me estaban esperando más adelante.
Y la otra anécdota divertida es que me pilló dos veces la barrera del tren bajada y claro… espera a que pase, ufff. Eso también fue gracioso.
Y lo que menos me gustó de la prueba fueron los últimos cuarenta kilómetros con muchísimo tráfico y no muy bien gestionado por la organización… Demasiados cruces sin personal de la prueba regulándolos. La verdad es que fue algo peligroso. Esa última parte se me hizo muy larga. No podías coger ritmo y además ya iba haciendo mella el cansancio de toda la etapa y de los tramos adoquinados…
En resumen, tengo que deciros que me lo pasé en grande y que disfruté muchísimo. Es de lo mejor que hecho en bici. La pongo en mi podium particular. La volvería hacer sin duda.
Enhorabuena Miguel por tu hazaña.
Un gran recuerdo para toda la vida.